lunes, 17 de junio de 2013

Entrenamiento en Autoinstrucciones

El entrenamiento en autoinstrucciones es una técnica cognitiva cuyo objetivo principal es enseñar al paciente a usar autoverbalizaciones (verbalizaciones internas o pensamientos) en forma de autoinstrucciones para cambiar y controlar conductas. Se le entrena a introducir inicialmente un cambio en sus autoverbalizaciones para modificar finalmente su comportamiento manifiesto, con la finalidad de mejorar su habilidad o aumentar su nivel de control o solucionar su problema.

Los antecedentes históricos de la técnica del Entrenamiento en Autoinstrucciones, se remontan a los trabajos llevados a cabo por Meichenbaum en los años sesenta con niños hiperactivos y agresivos, sin embargo, su preocupación por el papel del lenguaje como controlador de la conducta motora surge a raíz de los estudios sobre autores como Vygotski (1962) y Luria 1961 y más tarde, sobre Piaget. Meichenbaum propone en 1977 definitivamente su entrenamiento en autoinstrucciones en el marco de las técnicas cognitivo-conductuales.

A diferencia de la Terapia Racional Emotiva (RET), el entrenamiento se centra más en la capacidad para modificar la conducta y las emociones mediante las autoverbalizaciones, y menos en el sistema de creencias e ideas irracionales del paciente. Meichenbaum incluye autoinstrucciones de autorrefuerzo para las respuestas encaminadas a resolver los problemas y o autoinstrucciones de afrontamiento ante el fracaso (autocorrección). Basándose en el supuesto de que podríamos modificar el comportamiento mediante el cambio de las propias verbalizaciones, las autoinstrucciones positivas, flexibles y adaptativas generarías sentimientos positivos y comportamiento adaptativo; en cambio autoinstrucciones negativas provocarían malestar y conducta desadaptativa.

El objetivo principal en el entrenamiento en autoinstrucciones ,como diría José Santacreu , no es otro que “enseñar correctamente un tipo general de instrucciones que puedan facilitar al sujeto una rápida y eficaz actuación, teniendo en cuenta sus características principales” ,fomentando en el paciente una “actitud de resolución de problemas y generar autoinstrucciones más útiles y positivas para llevar a cabo una tarea o afrontar una situación conflictiva con el menor coste posible (J C. Sierra.).2005.

En primer lugar se entrena al paciente en verbalizar la autoinstrucción en voz alta y, más tarde, de forma interiorizada. Al final del entrenamiento, el paciente puede emplear las autoverbalizaciones para controlar su conducta generalizando lo aprendido a otras situaciones. En cierto modo el entrenamiento en autoinstrucciones consiste en modelar una serie de pensamientos y verbalizaciones destinados a controlar la conducta.

La selección de las autoinstrucciones, se hace normalmente en función del tipo de problema y abarca las distintas secuencias o fases de la conducta objetivo. En su entrenamiento, se utiliza en la medida de lo posible las autoinstrucciones propias, enfatizando sobre todo, en aquellas que el paciente ha utilizado previamente con cierta eficacia en el control de su conducta. Es recomendable que sean precisas, específicas, centradas en el presente, que fomenten la competencia y que anticipen consecuencias positivas, centrando al paciente en los aspectos más positivos de su conducta.

Una vez que el paciente ha asimilado el planteamiento de la técnica según Meichenbaum (1991), las fases recomendables para llevarla a cabo son:
  • Modelado cognitivo: El terapeuta hace de modelo y realiza una tarea o afronta una situación problemática mientras se hable a sí mismo en voz alta, el paciente presta atención y aprende por observación como enfrentarse a la situación aversiva
  •  Guía externa en voz alta: El paciente realiza la tarea bajo las instrucciones del terapeuta.
  • Autoinstrucciones en voz alta: El paciente afronta la situación y emplea las autoinstrucciones en voz alta, mientras el terapeuta orienta y refuerza las mismas.
  • Autoinstrucciones enmascaradas: El paciente dice las autoinstrucciones enmascarándolas en voz muy baja, el terapeuta refuerza las mismas.
  • Autoinstrucciones encubiertas: El paciente realiza todo el proceso solo y con autoinstrucciones encubiertas, el terapeuta orienta y refuerza las autoinstrucciones encubiertas.
Para facilitar el aprendizaje y la generalización de la técnica, se anima al paciente a practicar la técnica ,además , para recordar la secuencia de autoinstrucciones en caso de experimentar ansiedad o malestar, se le facilita por escrito el esquema nemónico de Altaimer y cols (1982) basado en Meichenbaum (1987) citado en G. Buela-Casal y J.C. Sierra 2005:
  • S (Sens) Percibir la ansiedad cuando aparezca.
  • T (Think) Pensar en la conversación con uno mismo.
  • I (Instruct) Autoinstruirse para cambiar los pensamientos de afrontamiento negativos por otros alternativos. R (Relax) Relajarse.
  • R (Reward) Autorreforzarse por el afrontamiento exitoso o en cualquier caso por haberlo intentado. 
Finalmente cabe señalar que, la aplicación de la técnica en adultos con trastornos de ansiedad, estrés, llevó a incluir nuevos elementos y fases durante el tratamiento y una nueva conceptualización del estrés en cuatro etapas (Preparación para el estresor; Confrontación con el estresor; Momentos críticos y Autorreflexión), cambios que darían lugar, posteriormente al desarrollo del conocido Entrenamiento en Inoculación del Estrés de Meichenbaum.
Mohammed Jamil El Bahi
Psicólogo/Psicoterapeuta
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