sábado, 14 de mayo de 2011

Seísmos: Previsión, prevención y gestión

En España, a pesar de que el último terremoto catastrófico ocurrió hace más de un siglo (Arenas del Rey, 1884) con más de mil víctimas mortales, el riesgo sísmico sigue siendo en mayor o menor medida presente ,dependiendo de las zonas. El seísmo, sismo, o terremoto, es un fenómeno natural con mayor capacidad para producir consecuencias catastróficas en extensas áreas, produciendo daños en edificaciones, infraestructuras, interrupción del funcionamiento de servicios esenciales y numerosas víctimas entre la población afectada. Como tal, aunque no se puede evitar, es posible minimizar sus efectos mediante una gestión adecuado del riesgo sísmico. Por dicha gestión se entiende, la puesta en marcha de un conjunto de medidas tomadas antes y después de sufrir un terremoto, encaminadas a minimizar la amenaza o vulnerabilidad que supone, y reducir en la medida de lo posible los riesgos asociados.
De las medidas previas para evitar y disminuir los daños futuros causados por terremotos, se destacan principalmente técnicas de prevención, mitigación, preparación, alerta y organización de la respuesta. Esta actuación precisa de la participación e implicaciones de distintos organismos y profesionales en todas las fases de la emergencia (antes, durante y después).
Como ejemplo de medidas, y planes de actuación para gestionar y minimizar las consecuencias posteriores en España, destacamos:

·        El desarrollo de una red sísmica nacional (en proceso de modernización), cuya labor principal es analizar los aspectos geológicos, sismológicos y de ingeniería sísmica, análisis de los factores de riesgo que se ciernen sobre la población mediante seguimiento y registro de movimientos sísmico.
·        La creación de mapas de peligrosidad sísmica para definir los posibles escenarios de daños sísmicos. (Instituto Geográfico Nacional).
·        La Aprobación de una normativa sismoresistente nacional (en revisión en la actualidad). La Creación de Directriz Básica de Planificación de Protección Civil ante el Riesgo Sísmico (Consejo de Ministros del 7 de abril de 1995).etc.

Sin embargo, a pesar del grado de seguridad que puede proporcionar el conjunto de estas medidas, sobre todo si se completan con una adecuada ordenación del territorio y usos del suelo y puesta en marcha instrumentos para garantizar el correcto funcionamiento y la aplicación con todo el rigor de la normativas, no sería suficiente sin la puesta en marcha de programas intervención a nivel de comunidad con carácter educativo, favoreciendo la cultura preventiva.

Para hacer frente al riesgo sísmico en una zona de alto riesgo, un ejemplo de campaña de prevención dentro del marco de la actuación de la protección civil se suele fundamentarse en las siguientes actuaciones:

·       Preparación de la población ante la posible amenaza mediante programas de información y medidas de autoprotección (Ejercicios de sensibilización y a actividades divulgativas, simulacros etc.).
·       Programas formativos para los profesionales de asistencia en emergencias y catástrofes. (cursos de formación, reciclaje, ejercicios de simulacros .etc.).
·        Fomento y promoción de investigación psicosocial del comportamiento humano en desastres. (Coordinación y trabajo con colegios, profesionales, universidades etc.).
·       Propuestas y recomendaciones de carácter administrativo y legal para velar por el cumplimiento de leyes en materia de emergencias, revisión y personalización de los planes de actuación.etc.

Actuaciones que se suelen estructurar normalmente en torno a los siguientes puntos: Previsión, prevención y precaución.

PREVISIÓN.

Formación.

Dentro de este punto se contempla principalmente dos cuestiones, una formación dentro del contexto de la psicología de catástrofes, de los diferentes técnicos que intervienen en materia de emergencias y rescate. Por otro lado la preparación de la población mediante programas de sensibilización y autoprotección. El disponer de medios materiales y técnicos para prevenir y actuar en casos de emergencia es muy importante, pero no suficiente sin la selección y una preparación practica, concreta y continua de los profesionales intervinientes en crisis (Duch, Fortuno y Lacambra (1997)). De ahí la necesidad de formar dichos profesionales (Médicos, Personal de enfermería, policías, bomberos, psicólogos, etc.).

El objetivo es adquirir experiencia en la prevención y manejo de las posibles consecuencias de la situación de emergencia, dotándoles de herramientas y habilidades necesarias para detectar, evaluar e intervenir sobre las distintas alteraciones psicológicas y conductas inadaptadas que puede aparecer en las victimas o en personas próximas (los demás profesionales). De igual modo facilitarles técnicas efectivas para reconocer y controlar las propias reacciones emocionales, lo que les permitiría actuar de forma profesional, eficaz y serena. La formación debe ampliarse también a habilidades de comunicación.

Para la formación del voluntariado es importante tener en cuenta una serie de directrices para evitar que se convierta este dispositivo en una carga para la organización más que ayuda. Para ello y antes de formar, sería conveniente seleccionar adecuadamente el voluntariado, basándose en un perfil que reúna además de la edad, condiciones físicas necesarias ,otros aspectos tales como madurez y estabilidad emocional ,capacidad de autocontrol, tolerancia , afrontamiento y disciplina.

Para ayudar a comprender el tipo de realidad con la que se va a encontrar el profesional. La labor formativa debe de completarse y enriquecerse mediante el fomento y desarrollo de programas de investigación psicosocial del comportamiento humano en situaciones de emergencia desastres, con la finalidad de profundizar en el conocimiento y manejo de las necesidades colectivas e individuales de atención psicosocial, efectos a corto, medio y largo plazo y técnicas y estrategias terapéuticas adecuadas).

Autoprotección.

A mayor riesgo e peligrosidad en cualquier zona, más prioritario resulta el diseño de campañas de información a la población sobre los riesgos propios de su entorno, y la necesidad de divulgación sobre medidas de autoprotección ciudadana frente a los fenómenos sísmicos. Para dicha preparación tanto mental como conductual de la población en cuestión, se aconseja llevar a cabo distintos programas de autoprotección información, divulgación a la población en los diversos niveles de la enseñanza y en distintos organismos. El aprendizaje sobre los peligros reales que corre la población de la zona en riesgo, así como las medidas y modos de actuación ante el peligro potencial, se puede conseguir mediante el desarrollo de determinadas actividades como la que sugiere Puertas (1997).
·       Artículos de prensa o programas televisivos sobre los peligros existentes en su dimensión resal o sobre las medidas para minimizar sus consecuencias.
·       Campañas publicitarias o programas comunitarios para motivar a la población hacia la participación ciudadana en caso de catástrofes.
·        Cursos y programas de información que permitan comprender los mecanismos de respuesta ante situaciones de riesgo o pérdida familiar. Así como proporcionar información que permite dar apoyo de forma eficaz a los demás en caso de necesidad.
·        Realización de simulacros de evacuación (colegios, hospitales, etc.).
·       Cursos sobre primeros auxilios, dirigidos no sólo a profesionales de la salud, sino a grupos de voluntarios, personas interesadas, empresas, etc.

PREVENCIÓN.

Teniendo en cuenta los resultados obtenidos en el Análisis del Riesgo en relación con la zona, las actuaciones en materia de prevención deben definir un conjunto de medidas adecuadas para evitar o reducir el riesgo. Para ello, y en virtud de las directrices básicas del plan nacional, normativas en vigor, plan de protección civil, se estudiarán y propondrán actuaciones concretas en materia de prevención, especialmente en los siguientes aspectos:
Planificación.

La elaboración e implantación de un plan especifico de emergencia y protocolos de actuación para la zona en cuestión, supone un medio fundamental para la prevención de los daños que puede ocasionar un posible terremoto en la zona. En dicha planificación se contemplaría la organización de los recursos, materiales y humanos, necesarios para la asistencia y protección de la población en caso de necesidad (catalogación de los medios y recursos disponibles e movilizables) .Para evitar las intervenciones anárquicas e improvisadas es fundamental estructurar todo mediante una cadena de mando jerarquizada, que permita una coordinación y unidad de acción. Además para que la planificación sea completa debe necesariamente incluir la atención psicosocial.

Planes de emergencia.

En líneas generales, los planes de emergencia suelen contemplar los siguientes puntos:

·        Elaboración y revisión por las autoridades competentes del Plan de Protección Civil ante el Peligro sísmico acorde a los mapas de peligrosidad sísmica disponibles y en base al nivel de vulnerabilidad.
·        Elaboración por las autoridades competentes de la comunidad autónoma a la cual pertenece la zona indicada de estudios sistemáticos de vulnerabilidad que comprendan las construcciones, instalaciones e infraestructuras, cuya destrucción, con probabilidad razonable, pueda ocasionar víctimas, interrumpir el servicio imprescindible para la comunidad o aumentar los daños por efectos catastróficos.
·        Definición de las redes de infraestructuras básicas sismoresistente y reforzamiento de las mismas de acuerdo con la normativa sismoresistente vigente, y traducción de las mismas a planes especiales de protección civil ante el Riesgo Sísmico.

Para asegurar la información rápida a la Protección Civil de la zona afectada y para mayor eficacia en la utilización de los recursos disponibles es necesario la puesta a punto y modernización y mejorar de la coordinación con la Red Sísmica Nacional.

PRECAUCIÓN.

Análisis de riesgo.

En general y aunque la red sísmica nacional, juega un papel fundamental como primer elemento de protección desde el punto de vista del seguimiento de los fenómenos sísmicos en todo el territorio nacional, sin embargo para una optima actuación en cuanto a análisis de riesgo en una zona concreta, sería recomendable profundizar en los siguientes aspectos:

·       Diseño de modelos locales que permitan proporcionar estimaciones acerca de las variaciones de intensidad en la zona con previsible riesgo de terremoto.
·       Efectuar evaluaciones tempranas aproximadas de daños, incluso antes de que se produzca el reconocimiento visual (aéreo, vía satélite, etc.), que permitirían adelantar las actividades de respuesta.
·       Considerar las consecuencias concretas de los riesgos estudiados anteriormente, con el fin de apreciar sus efectos en el desarrollo de los Planes Urbanísticos, y conseguir armonizar los fines de la protección civil con la zonificación y aprovechamiento del uso del suelo.
·       Revisar la Cartografía Temática del Riesgo Sísmico en la zona con mucho mayor nivel de detalle y precisión con el objetivo de fundamentar a su vez los Planes de Ordenación Urbana correspondientes y los Planes Especiales de Protección Civil frente a Riesgo Sísmico en la zona.
·       Realizar estudios de microzonación que complementen los mapas de peligrosidad sísmica existentes sobre la zona, por parte de los órganos competentes en materia de ordenación del territorio y urbanismo.
·       Ampliar la normativa sismoresistente (por lo general es de aplicación para construcciones nuevas), a construcciones antiguas mediante estudios de vulnerabilidad que permitan estimar las consecuencias de un posible terremoto y adoptar las medidas preventivas y de protección que puedan resultar necesarias para minimizarlas.

Inspección.

Finalmente, el tener buenas normativas y leyes, evidentemente ,no sería suficiente si no va a acompañado con instrumentos que permiten el cumplimiento de las mismas .De ahí la necesidad de extremar el rigor en velar por el estricto cumplimiento de la normativa sismoresistente en vigor por parte de las autoridades competentes, mediante estudio y propuesta de un sistema de inspección para asegurar el cumplimiento de la normativa en materia de prevención de riesgos. Además es necesario poner en marcha programas para limitar o prohibir según el nivel del riesgo las construcciones.





Mohammed Jamil El Bahi
Psicólogo/Psicoterapeuta
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