miércoles, 30 de marzo de 2011

Celos en la pareja: Desde la obsesión al delirio

                                            
Los celos son un fenómeno común en la sociedad y su presencia no implica necesariamente la existencia de un problema psicopatológico, dentro de ciertos límites pueden considerarse como un fenómeno de adaptación evolutiva que en su dimensión social garantiza en cierto modo la integridad y estabilidad de la pareja, incluso tomarse como una muestra de interés y “amor” hacia la pareja en muchas sociedades. En el ámbito de la pareja, los celos (emoción universal) surgen como consecuencia de un exagerado afán de poseer algo de forma exclusiva («me perteneces», «soy todo tuyo/a», etc.) y cuya base es la infidelidad -real o imaginaria- de la persona amada. Por lo tanto están más condicionados más por el sentido de propiedad que por la libido. Su carácter dimensional no categorial sugiere ,aparte de los aspectos cualitativos comunes, una intensidad que varía tanto de un sujeto a otro, e incluso su evolución varía en el tiempo en la misma persona .

Debido a la complejidad del tema, la distinción entre lo normal y lo patológico en los celos, en muchas ocasiones ,aunque resulta difícil y arbitraria, se basa principalmente no sólo en el sufrimiento que producen en la persona ( condición necesaria pero no suficiente para hablar de celos patológicos), sino por la intensidad del mismo, la naturaleza, proporcionalidad y grado de convicción en los mismos. Así como por los efectos que producen tanto en la conducta de la persona que los sufre como sobre los que padecen sus consecuencias. (Pareja, otros).

A nivel patológico la distinción es aun más compleja, por un lado se habla de celos como ideas subvaloradas o de carácter obsesivo, caracterizados dudas que surgen de la inseguridad de perder la exclusividad sobre la persona amada, de la envidia de que ella pueda ser disfrutada por otro. El paciente reconoce lo irracional de su preocupación, pero no puede obviarla y trata de neutralizarlas mediantes conductas o pensamientos, lo que genera un gran malestar tanto en el paciente como en la pareja. Algunos autores hablan de una variante atípica del trastorno obsesivo-compulsivo (Cobb y Marks ,1979).

Por otro lado se habla de celos delirantes, caracterizado por el predominio de una certeza absoluta y una convicción delirante de ser engañado por la pareja derivada de la idea delirante a pesar de la ausencia de evidencias objetivas. En los demás ámbitos el sujeto conserva un pensamiento coherente y un comportamiento adaptado (por lo menos inicialmente). La vivencia celotípica surge a veces de forma explosiva, inmediata a la percepción de la misma (García Andrade, 1993). Cualquier indicio o detalle en la conducta de la pareja (mirada, cambio de ropa, móvil, perfume etc.) se convierte en una pruebas indiscutibles de la infidelidad de misma. En este sentido, y en casos graves la persona suele pasar de la suspicacia al sentido de humillación por la supuesta infidelidad y de la desesperación al odio y violencia. En los demás ámbitos la persona conserva un pensamiento coherente y un comportamiento adaptado.


Mohammed Jamil El Bahi
Psicólogo/ Psicoterapeuta
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